viernes, 16 de marzo de 2012

Conservación

En la actualidad se está produciendo una desmedida expansión de las plantas marinas de energía renovable por toda Europa y en especial en Reino Unido, lo cual parece a priori una buena idea para conseguir energía limpia que no contamine el medio ambiente. Sin embargo, no se ha tenido en cuenta el impacto que esto puede causar sobre las 28 especies de cetáceos (ballenas, defines y marsopas) que habitan en aguas inglesas sin contar todas las restantes de nuestro continente (tan sólo en España contamos con 27 especies diferentes).
Hasta el momento no hay prácticamente estudios para ver cómo estas plantas están afectando a la supervivencia de los cetáceos y los pocos que hay reflejan un riesgo significativo con consecuencias negativas.
Los principales problemas que afectan a estos animales son las enormes turbinas (compuestas por una torre de entre 60 y 90 metros de altura acostados sobre el fondo marino con tres aspas de rotor de entre 20 y 40 m) que pueden herir o incluso matar a los cetáceos, los gruesos cables que van hasta ellas donde pueden quedar enganchados, el incremento del tráfico marítimo en las plantas energéticas, la alteración de todo el entorno marino durante su construcción, y principalmente la contaminación acústica o ruido producido tanto durante la construcción como en su funcionamiento una vez están listos, ya que dificulta la ecolocalización. Esta capacidad es usada por varios tipos de mamíferos, entre los que se encuentran los cetáceos, para orientarse, desplazarse o buscar alimento.
El conjunto de todos estos factores puede provocar en los cetáceos altos niveles de estrés, el desplazamiento de sus hábitats o alterar su comportamiento normal, pudiendo conducir, en el peor de los casos, a la extinción de las poblaciones.
Desde aquí pedimos vuestra colaboración para dar a conocer esta problemática y promover el estudio de los impactos causados por estas plantas sobre los cetáceos europeos.


Otros links de apoyo a la conservación de cetaceos:






Evolución

Los cetáceos evolucionaron a partir de mamíferos terrestres de hábitos anfibios, probablemente durante el Eoceno, entre 55 y 34 millones de años atrás. Las pruebas más recientes confirman una vieja hipótesis según la cual los cetáceos evolucionaron a partir de miembros del orden artiodáctilos, el mismo que incluye a vacas, antílopes, ciervos, cerdos e hipopótamos.
Muchas de las especies fósiles más antiguas de cetáceos se clasifican en un suborden específico: los arqueocetos (Archaeoceti). En 2001, dos importantes fósiles incompletos de 47 millones de años de antigüedad, llamados Rodhocetus balochistanesis y Artiocetus clavis, fueron hallados en Baluchistán (Pakistán). Estos fósiles representan formas intermedias entre ungulados terrestres y ballenas, y son evidencia de que los parientes más cercanos de las ballenas en ambientes terrestres debían ser parecidos a los hipopótamos, aunque las pruebas de ADN no permiten asegurar que éstos lo sean de hecho. Sin embargo la filogenia de los hipopótamos actuales se remonta a tan solo unos 15 millones de años por lo cual queda descartada una evolución directa desde los hipopótamos hasta los cetáceos.
Según Thewissen5 en un artículo publicado en Nature (diciembre de 2007) un pequeño artiodáctilo de hace 48 millones de años, el Indohyus (semejante al actual Hyemoschus, el ciervo ratón africano o vioñ) habría iniciado el linaje de los cetáceos; como el ciervo ratón, el Indohyus, aunque bien adaptado a la marcha terrestre, se refugiaba con frecuencia en medios acuáticos para huir de sus depredadores; es probable que sucesivas mutaciones en el genoma dieran especies transicionales semejantes primeramente a los actuales hipopótamos y luego a los actuales sirenios hasta llegar a especies altamente adaptadas al medio acuático, por ejemplo Pakicetus attocki es el registro fósil de cetáceo más antiguo que se conoce en el año 2007; efectivamente hace unos 35 millones de años los ancestros marinos de los actuales cetáceos perdieron definitivamente sus patas que por convergencia evolutiva se transformaron en aletas o quedaron como pequeños y atrofiados huesos vestigiales.

Alimentación

En lo referente a la alimentación, los cetáceos pueden ser separados en dos grupos:

  • Los cetáceos dentados (Odontoceti), incluyendo belugas, cachalotes, delfines, zifios y marsopas, usualmente tienen muchos dientes que usan para cazar peces, calamares, y otros animales marinos. No mastican su alimento, sino que lo tragan prácticamente entero. En los casos puntuales en que atrapan grandes presas, como la orca (Orcinus orca) cuando caza a una foca, la trocean previamente en pedazos que puedan engullir.

  • Los cetáceos con barbas (Mysticeti), las ballenas, no tienen dientes. En su lugar tienen barbas o ballenas (placas de queratina, la misma sustancia que forma las uñas y el pelo en los humanos), que cuelgan de la mandíbula superior. Estas placas actúan como un filtro gigante, reteniendo pequeños animales (peces y especialmente krill), al expulsar grandes cantidades de agua de mar previamente aspirada. Es erróneo creer que los misticetos se alimentan sólo de plancton; las grandes ballenas tienden a alimentarse con pequeños peces, denominados genéricamente micronecton.

Cetaceos

Los cetáceos (Cetacea) son un orden de mamíferos placentarios que viven exclusivamente en ambiente acuático, no necesitando de tierra firme paraparir.
El orden está constituido por unas ochenta especies vivientes clasificadas en dos subórdenes: Mysticeti (ballenas con barbas, que se alimentan filtrando el alimento del agua) y Odontoceti (animales cazadores, con una dentición homodonte que se aparta mucho de lo que es característico de los mamíferos).
Muchas especies de cetáceos han sido explotadas hasta el borde de la extinción. Desde el año 1986 existe una moratoria que prohíbe su caza comercial.



Son mamíferos fusiformes, perfectamente adaptados al medio acuático, sin extremidades posteriores y las anteriores transformadas en aletas. El cuerpo termina en una sola aleta caudal, de disposición horizontal. Presentan un característico alargamiento del cráneo y una migración de la cavidad respiratoria hacia la parte superior de la cabeza. Los misticetos tienen dos espiráculos (orificios nasales), mientras que los odontocetos solo uno.
La piel esta casi desprovista de pelos, pero debajo de esta existe una gruesa capa de grasa. No poseen orejas, y los ojos son pequeños.
Su cerebro es grande en relación a su tamaño, con numerosas circunvoluciones en la corteza. Los pulmones son grandes y las costillas son libres (no unidas ventralmente al esternón), lo que les permite una gran plasticidad del volumen pulmonar. El diafragma se encuentra en posición oblicua respecto al eje del cuerpo. Los machos poseen los testículos en el interior del abdomen.
En general tienen un gran repertorio vocal. Los misticetos usan el sonido principalmente para comunicarse entre ellos; pero los odontocetos emplean adicionalmente la gama de frecuencias altas a modo de sónar.
Características del cráneo en cetáceos:
La apófisis mastoides de la porción petrosa del temporal no esta expuesta posteriormente. La sutura lambdoidea de la porción escamosa del occipital esta en contacto con exoccipital y basioccipital. En el resto de los mamíferos la apófisis mastoides esta totalmente expuesta.
Bulla Pachyosteosclerotica: La bulla auditiva de los cetáceos se compone de una parte pachyostotica y una parte osteosclerótica que reemplaza al hueso esponjoso y al compacto. Este tipo de huesos solo esta presente en los cetáceos
La bulla timpánica se articula con el escamoso a través del llamado proceso entoglenoide. A pesar de los contactos de la bulla y el escamoso en ungulados arcaicos, este proceso distintivo no se desarrollo.
Protocono premolar superior esta ausente. Los molares y premolares superiores de los mamíferos primitivos tienen tres grandes cúspides: protocono, paracono y metacono. En los registros fósiles de cetáceos, la cúspide del protocolo esta ausente en los premolares superiores.
El cráneo presenta una torsión tridimensional, y esta asimetría permite una mejor percepción de los sonidos.
Los primeros fósiles conocidos de misticetos corresponden a finales del Eoceno- Oligoceno temprano en la Antártida.